NOS VAMOS AL TEMPLO DORADO.

Lo primero es dar las gracias a toda la gente que está siguiendo el viaje y que nos han felicitado por publicarlo de esta manera, o sea, con detalles.  Yo pensaba que quizás  fuese un poco cansino toda esa información, al fin y al cabo, es información sacada anteriormente al viaje, y ampliada en cada destino con los guías locales y que en un momento dado solo podría servír para aquel que fuera o fuese a hacer este viaje, pero como a muchísima gente le está gustando……… pues seguiremos con este método, al fin y al cabo, de esta forma estoy volviendo a viajar………….y no sabéis lo que me gusta…….Pues entonces, a lo nuestro.          Salimos del jardín Jalianwala y callejeando nos vamos al Golden Temple. Para poder entrar, hay que respetar unas cuantas normas básicas, dejamos los zapatos en el guardarropa que hay a tal efecto a la entrada, nos compramos un pañuelo para taparnos la cabeza y antes de entrar nos lavamos, primero las manos y luego los pies, algo que, por otra parte, resulta inevitable ya que para acceder al mismo es necesario atravesar unos canales de mármol que cubren de agua a la altura del tobillo a los visitantes. Cuando accedes al recinto y ves el Harmandir en el centro del enorme estanque, reflejando las ultimas luces del día, (nosotros entramos por la tarde) te quedas “descuadrao ”, con los ojos como platos y con el bello del cuerpo erizado. Es……….ALUCINANTE, ALUCINANTE, pero de verdad, y luego está esa sensación de encontrarte muy a gusto, rodeado de multitudes que por supuesto van a lo suyo. Aparte de ser grandísimo, todo de mármol a excepción de el Harmandir que es mármol cubierto de oro, lo tienen como la patena, “niquelao”. Y  que sensación de paz, aunque hay miles de personas siempre, como es tan grande, no notas agobio y nos dio esa sensación de bienestar.  

Peregrino frente al Templo Dorado.

El Templo Dorado, es conocido en la India como Harmandir Sahib,

Los sijs lo consideran su templo más sagrado y deben peregrinar allí, para orar y ofrecer sus plegarias, al menos una vez en la vida

La hospitalidad de los sij es insuperable. Cualquier visitante es siempre bienvenido en el Templo Dorado que durante las 24 horas del día, mantiene sus puertas continuamente abiertas a los cuatro puntos cardinales, siempre que se respeten las normas antes comentadas y que los vigilantes del templo, de una amabilidad tan extrema como su feroz aspecto, se encargan de hacer cumplir.
Otra norma es que dentro del recinto sagrado no se puede fumar ni beber alcohol, ni tampoco consumir ningún tipo de droga.

Da igual la religión que se tenga, incluso si no se profesa ninguna, el Templo Dorado sobrecoge y conmueve a quien lo visita. Incrustado en el corazón del laberinto que conforman las callejuelas y bazares del barrio viejo de Amritsar, el centro espiritual de los sijs guarda entre sus muros el “Adi Granth”, el libro sagrado, de esta parte no tengo ninguna foto ya que está prohibido fotografiar dentro del Harmandir. Los sijs de todo el mundo intentarán peregrinar, al menos una vez en su vida, para poder contemplarlo y purificarse bañándose en las aguas sagradas del estanque de Amrit Sarovar (que significa: la piscina del néctar de la inmortalidad) en la que flota como una majestuosa embarcación de dorada techumbre el Harmandir, el santuario más sagrado y bello del Templo. Y ahora os dejo con las fotos, deseando y esperando que las disfrutéis, si no como nosotros, pues es imposible, al menos que os hagáis una idea.

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